miércoles, 30 de mayo de 2012

ME CANSÉ DE TOCAR EL MISMO BLUES, PERO NO PUDE HUIR DE ÉL


Es muy importante leer la historia y después escuchar la canción, nunca alterar el orden.

Me llamo Juan. Mi vida hasta el 15 de abril de 2001 era monótona, rutinaria, ociosa, relajada, aburrida y plagada de automatismos, pero aquel domingo nació en mí una ilusión, una esperanza.
Cada día los mismos paseos, las mismas charlas. Mi mejor amigo es mi perro, al que quiero mucho, pero no me atrae nada, sexualmente hablando; igual me pasa con María, mi mujer. En un principio hacíamos el acto los sábados de 12 a 2 (no me refiero a dos horas de fornicación, me refiero a que este era el horario destinado a este hacer y, si nos dormíamos, lo dejábamos para el siguiente sábado). Solíamos hacerlo algo ebrios, ya que nos metíamos a la cama después de haber salido y tomado unas copas. En los bares, me gustaba observar cómo mi mujer miraba a otros hombres, me refiero a ese tipo de mirada que tiene un significado especial, especial sobre todo para nosotros. Yo también hacía lo mismo, además de coquetear y hacerme el interesante. La vuelta de estas veladas siempre era entre risas y recuerdos de los cuerpos deseados. Apagábamos la luz y jugábamos a un juego que consistía en cambiarnos los nombres y a la vez imaginar los cuerpos de nuestros amigos/as junto a nosotros. Claro que, después de 15 años, la cosa es que nos hemos aburrido hasta de imaginar esos cuerpos, que dicho sea de paso se han estropeado bastante. No recuerdo cuando dejamos de jugar. Cada vez son más los sábados que nos metemos en la cama cada uno por nuestro lado, dándonos la espalda y sin ni siquiera hablarnos (bebemos más). Los domingos me despierto, me levanto, me ducho, tomo un café y salgo a pasear con Trueno (el perro, que también ha envejecido mal). Mi recorrido dominical es más largo que el de los demás días, monótono. Salgo de casa desde la calle de la Miel a la calle Barreres. En la esquina, pipí. Llego a la plaza y sigo por la calle Talamanca, giro a la derecha; en la esquina, pipí. Enfilo hacia la plaza de la Reforma, la Seo a la izquierda, caca, bolsa, papelera, monótono. Bajo al paseo del río, pipí, pipí, caca, bolsa, papelera, pipí. Vuelta a casa, rutina. Recto hasta la plaza Santo Domingo, cojo un periódico, me siento en la terraza de las Vegas, pido una cerveza, ocioso. Hasta el periódico parece el mismo semana tras semana; los políticos los mismos, el país mal, el Barça vuelve a ganar, últimamente me pido unas olivas machacadas, están ricas, diferente. Vuelvo a casa, la comida está lista, canelones, es primer domingo de mes, relajado. Están ricos, sospechoso. Deben ser de mi prima. Café, Trueno se come las sobras, vomita, papel de cocina, fregona, automatismo.
Sábado día 13 de abril, vamos al cine, pizzería Raviolo, muy rico, diferente. Bajamos al centro, bebemos, aburrido. Me fijo en una chica que está como un pan, observo que María se está fijando en el culo de uno que pide en la barra, babeando (María). Volvemos a casa, nos apareamos, relajado.
Domingo 14, salgo de casa con Trueno desde la calle de la Miel, giro a la calle Barreres, en la esquina, pipí. Llego a la plaza... estoy sentado en la terraza, ocioso. Me levanto y cojo una revista al azar, rompo la rutina, raro. Leo un anuncio que pone: María, 30 años, busco una relación con chico 1,80 y resultón. De repente me pongo a sudar, es curioso pero doy el perfil, nervioso, ilusionado, esperanzado...

Canción  compuesta por Xavier Canal, título El Anuncio del disco Xiula la Bruixa, grupo La Ratonera.
Xavier Canal, voz, Miguel Ángel "Negro" Morales, guitarra, Coco Balasch, bajo, Andreu Monsó, batería.


jueves, 24 de mayo de 2012

SIETE ???


Siete días, siete notas, siete planetas. El siete. Siete novias, siete instrumentos, siete músicos, siete largos, siete vasos de agua, siete uvas, siete lugares favoritos, siete setas favoritas, siete canciones preferidas. Mi número, mi casa, mis casas. Tanta repetición me lleva a una reflexión. El siete me atrae, está dentro de mí, el siete me rodea. Siete veces lo he intentado hasta encontrarla. ¿por qué? ¿qué significado tiene? Siete, y en realidad son cinco sus letras, pentatónico. Mayor siete, el gran tono, Si mayor. Si, es el siete. Conclusión: el séptimo día, el domingo. He captado el mensaje. Visto y analizado todo esto, he tomado una decisión; a partir de hoy, cada martes a las seis de la tarde colgaré, subiré, mostraré, enseñaré, donaré, plasmaré, entregaré mi escrito semanal. La próxima y las siguientes historias en mi blog aparecerán los martes a las seis de la tarde.

* El audio se titula 7 días, 7 notas, 7 planetas, del albúm Contra Post de Palle Danielsson.

lunes, 21 de mayo de 2012

SÁBADO LLENO DE AGRADECIMIENTOS (OCHO) Y UNA QUEJA AL CIERZO

 I loves you, Porgy, de Gershwin, un autor que siempre nos ha acompañado. Versión, Salanova, Balasch.
 En 2004, un sábado por la mañana nos fuimos a ensayar al C.C. Río Ebro y nos grabamos.
Foto de Ángel Martínez.


Se presentaba un sábado intenso. Hacía años que no me pasaba eso por trabajo. No me pasaba porque intentaba evitar este tipo de estrés. Por experiencias anteriores sé que no es buena idea hacer tres bolos en el mismo día. Pero la cosa no fue como las otras veces; esta vez fue una buena experiencia y por ello quiero agradecer a todos los que vinisteis a las actuaciones y a la charla.
Me esperaba un día largo, me levanté temprano, a las 7:04. Decidí cambiar las cuerdas del contrabajo por otras también usadas, pero menos que las que estaba utilizando, ya que el día anterior estuve tocando y no me encontré cómodo con el sonido. Cuando no estábamos en crisis las cambiaba tres o cuatro veces al año (las cuerdas) y siempre tenía (sigo teniendo) un juego por si surge alguna grabación o actuación especial (no había valorado el sábado como especial, en todo caso estresial). Poner cuerdas nuevas el mismo día del bolo no es aconsejable, por lo menos a mí no me gusta.
11:00. Empecé a preparar el material de la charla, que es el contrabajo y un minidisc con unas muestras de unas canciones. Estaba en ello cuando llegaron los de la empresa de sonido de Luis Lasheras; me iban a dejar un pequeño monitor para el audio, puse un poco de música para ver como sonaba y sólo habían sonado dos notas cuando Silvia (la técnico) dijo: ¿esto es Coltrane? y lo era, tuve que darle dos besos, y la gente que me conoce sabe que no soy de mucho besar; ésta fue mi primera alegría del día. El hecho parece algo sin importancia, pero yo valoro mucho estas cosas. Le agradezco a Silvia esta primera alegría.
12:00. Empiezo la charla en el museo del calzado de Brea (un sitio muy bonito y la chica encargada del lugar es muy amable). La gente que acudió al acto me regaló con su silencio y atención, cosa que les agradezco. Otro detalle que me llenó de alegría ocurrió cuando puse el tema So What: un señor del público lo reconoció sólo empezar; también se lo agradezco por el mismo motivo que a Silvia; a él no le besé, pero le regalé un disco.
16:10. Empezamos a tocar CoolAge 2012 en la plaza Lola Lemos de Brea. Es un rinconcito de Brea, un sello de identidad que se repite en algunos de los actos que organiza Toño Monzón, una idea que me parece estupenda, el buscar sitios en los que no se hacen ningún tipo de eventos y así darle vida a las zonas “menos agraciadas” de los pueblos y ciudades. Agradezco a Toño Monzón por ser un hacedor y luchador de ideas y una persona íntegra y con ética; la falta de ética es lo que nos está llevando al caos (creo en ello). Agradezco a las personas que estuvieron en el evento. Todos los pronósticos daban lluvia, pero el día nos respetó y esto se lo tengo que agradecer a la madre naturaleza (creo también en ello).
Sabía que lo que me quedaba a partir de ahora era lo más difícil, la última actuación, la que tenía en el Joaquín Roncal a las 19:30 junto a Antonio Salanova. Ésta es sin duda una música que te exige mucho, máxima concentración y gran preparación antes del bolo. El nivel de exigencia que nos imponemos es alto y yo, aparte del ajetreo sabadil, había pasado una semana muy mala por un asunto que no voy a contar. Vamos, que esta actuación no se presentaba en el mejor momento. El resultado del reencuentro con Antonio después de más de un año sin tocar juntos era una auténtica incógnita. La verdad es que estaba algo preocupado, no nervioso, pero sí me preocupaba no estar a la altura. Llegué al Joaquín Roncal a las 18:30, la hora calculada; desenfundé el contrabajo, toqué dos minutos, afiné y salí a dar una vuelta con mi familia, que este día me acompañaba, cosa que agradezco.
Diez minutos de cortesía.
19:40. Salimos, nos miramos y Antonio empezó a exponer la canción de Metheny con la cual habíamos decidido empezar la actuación: máxima concentración. Conclusión, noté que iba a ser algo especial, y lo fue. Para mí la mejor de las actuaciones que hemos hecho. Para ser sincero, en el último tema perdí algo de concentración, no sé si fue el pensar “ya se acaba el sábado” o el agotamiento (tengo que hacer algo más de ejercicio). Fue una tarde mágica, sucedieron cosas (musicalmente hablando). Durante la actuación me emocioné en repetidas ocasiones, fueron momentos especiales, mi mundo interior, mi yo y la música, en este momento pensé en algo, tuve una sensación que sólo en otra ocasión había tenido, pensé por segunda vez en mi vida “qué bien suena y que suerte tengo de participar de ello”. Fue un día mágico, fue un día especial, un día con mi familia y un público silencioso y atento. Quiero agradeceros que hayáis estado ahí y me siento bien de haber podido ofrecer uno de mis mejores días musicales y que estuvieseis conmigo; qué suerte el haberlo compartido con vosotros.

Una queja al cierzo. Quiero que sepáis que no estoy conforme con que nos cueste tanto poder encontrar sitios donde tocar con Antonio, seguramente el proyecto en el cual más energía y tiempo he invertido junto con Castafiore. He estado y estoy en muchos grupos, y en ocasiones he tocado o he participado con cosas que no hemos perdido ni cuatro días en montarlas y hemos hecho un montón de bolos, y también he pasado vergüenza en alguno (falta de ética). Para que tengáis una idea más clara de lo que estoy hablando; con Antonio, antes de mostrarnos al público, estuvimos ensayando más de un año todas las mañanas de sábado, sin excusas y sin pausas. Cuando sacamos nuestro disco mi teléfono no paraba de sonar, me llamaba todo tipo de gente alabando nuestro trabajo, pero no se ha traducido en actuaciones. Este sábado en el Joaquín Roncal obtuve un premio que es mucho más grande que cualquier otro; el dúo ha crecido aun sin actuar ni ensayar, y siento sinceramente que es una lástima que no nos pueda ver más gente (sé que esto suena arrogante, pero es un análisis totalmente frío); creo que estamos en el mejor momento para hacer disfrutar a cualquier tipo de persona que esté dispuesta a abrir su corazón. Sólo queremos un piano acústico afinado para mostrarnos.

lunes, 14 de mayo de 2012

HISTORIA DE UNA CANCIÓN


Versión corta de la canción CORINE. En la tele el tiempo es oro.




Era una tarde preciosa en Zaragoza, cosa que no es fácil ya que vivimos en un lugar donde las temperaturas medias son poco frecuentes; los extremos y los cambios absolutos del tiempo son lo habitual. Era uno de esos días que puedes puedes salir en manga corta y una chaqueta a la espalda por si te distraes en el tiempo y refresca. Salimos a dar una vuelta tres músicos del grupo “Xaloc”. No podíamos alargarnos mucho ya que al día siguiente teníamos que viajar. Tocábamos en León. Habíamos quedado con una amiga francesa que aquel día apareció con una chica de su pueblo que estaba pasando unos días en Zaragoza, casualmente ése era el último día que le quedaba de estancia aquí. La chica nueva no sabía hablar castellano, por lo que no le quedó más remedio que hablar mucho conmigo; la verdad es que era una persona muy agradable y al final tuve que ponerme la chaqueta. A los días recibí llamadas y mensajes en francés; la chica había conseguido mi teléfono, no me importó, al revés, me gustaba saber de ella de vez en cuando. Yo nunca la llamé. De repente los mensajes y las llamadas dejaron de llegar. Corine desapareció para siempre y decidí escribirle esta canción.






Versión de Corine del disco DUO que grabé junto a Salanova. 
Fotos 1, 4, 5, 8, 9, 13, 14, 15, 16, 17, son de Ángel Martínez. Fotos 2, 6, 10, 11, 12, son de Elartedelsol. Las fotos 3 y 7, no recuerdo de quien son.

miércoles, 2 de mayo de 2012

LA QUINTA DIMENSIÓN


En ocasiones hay que seguir a tu corazón, no sé si siempre, pero a veces hay que coger el premio; y si el galardón es el Amor, más.
Aún estamos en un tiempo donde jugamos con espadas de verdad, armas reales, donde las heridas son y duelen, no sólo en la mente, son un dolor físico, un dolor que se cura con agua oxigenada y esparadrapo, donde te dan en el ojo y te quedas sin ojo. Hoy he salido, como casi siempre, el primero y me he encontrado con el carpintero (el hijo), hemos ido a la carpintería de José Manuel y nos hemos fabricado unas espadas preciosas (soy un romántico). Como siempre, suena Supertramp en el cassette de Gregorio, el hermano mayor de José Manuel. Me encanta la carpintería (el lugar, el olor); en ocasiones, cuando no sé qué hacer, visito al carpintero (el hijo mayor) y me quedo ratos viendo como trabaja; de paso me empapo de música. Gregorio es un chico especial, muy amable y juega al fútbol estupendamente. A mí me dejan jugar con los mayores, me llaman la figura (algún día contaré por qué) y siempre meto muchos goles. Gregorio hace esas jugadas geniales, driblando a todos y cuando está delante del portero, me pasa a mí el balón y me llevo la gloria del gol; esto también es amor, pero no es del que quiero hablar hoy.
Salimos de la carpintería con nuestras espadas recién hechas, son grandes, no os imaginéis espadas finas estilo mosqueteros o de esgrimistas olímpicos, nuestras espadas son del siglo X, de estas que se pueden coger con las dos manos. Hoy sólo estamos nosotros dos en la calle, seguramente más tarde se agregarán Fernando, Marcelo, Dani, Jesús, Hilario, Mateo y los otros. Estamos luchando con las espadas. José Manuel no sé en que piensa mientras lucha, pero yo me esfuerzo en vencer a mi enemigo, al último guerrero,  único obstáculo antes de obtener mi premio, la bella princesa de pelo rizado y ojos azules y con voz espectacular. Una voz que me río yo de los cantos de sirena de Ulises, eso sí que es una voz hechicera, la más hermosa de las mujeres con la más hermosa de las voces. Cuando en tiempos de fútbol, flechas, espadas, tesoros y aventuras, me preguntaban qué quería ser de mayor, no lo tenía claro, pero lo que sí que quería era obtener el premio, el dar y recibir el Amor, pero no dárselo a cualquier persona, no recibirlo de cualquier persona (aunque esto último no es algo que tú puedas elegir), yo quería estar junto a ella, junto a la de los cabellos largos de león, la de los ojos azul cielo y la de la hermosa voz, este era mi gran sueño y sabía que si ella no aparecía, nunca podría decir te Amo con sinceridad. Los tiempos de piratas, Ivanhoe, del Madrid y de las canicas pasaron y entré en otra dimensión. Fernando, Dani, Jesús, Hilario, Mateo y otros desaparecieron. En esta nueva dimensión se quedó un rato Marcelo, entró Miguel, Antonio, Chema, Marc y otros, y ya empecé a conocer a otras, pero siempre que me acercaba a alguna y la conocía, no era lo que quería y esto no quería decir que no fuesen buenas personas, y seguro que podían ser y hacer feliz a cualquiera, a cualquiera que supiese a qué se iba a dedicar de mayor, a cualquiera que su sueño fuese ser cantante, albañil, periodista o futbolista. Pero yo sólo quería abrazar a mi chica soñada, mi princesa de la almena, mi cantante de ópera, mi atleta, mi abogada, mi carpintera. Mi sueño sólo mostraba su pelo, sus ojos y su voz. Claro que en esta nueva dimensión incorporé nuevas características a tener en cuenta: ella ya no sólo tenía que ser la más hermosa de las mujeres y tener la más bonita de las voces, también tenía que tener la más hermosa de las sonrisas y un carácter especial, y sentido del humor, eso, tenía que tener un sentido del humor afín al mío, no como la mayoría de la gente, que mi esfuerzo me cuesta intentar ser normal. Un día la vi, sabía que tarde o temprano la vería. Es hermosa, verdaderamente hermosa, es ella al fin mi Amor. Claro que ya me encontraba en la segunda dimensión y en esta segunda dimensión los premios no se ganan a base de espadazos, en esta dimensión el juego ha cambiado, se asemeja más al ajedrez. Estaba convencido de que era ella, con ese cabello rizado soñado y los ojos como el cielo. Decidí acercarme, le saludé, y esperé la respuesta que me tenía que dar aquella voz angelical. Digamos que no era la voz que esperaba, vamos, que se parecía más a Waits que a Monserrat Caballé, pero tenía las demás características y nos vimos varias veces. Carme es una chica impresionante, es fenomenal pero no era mi sueño, ni yo el suyo. Pero mereció la pena conocerla, me habría tenido que dar cuenta de que lo de la voz era una pista y, después de conocerla, decidí que no volvería a decir te Amo a ninguna otra persona, sólo se lo diré a mi sueño, sólo él tendrá mi verdadero Amor.
Estoy en la tercera dimensión. Han desaparecido Miguel, Antonio, Chema y otros, han aparecido, Juan, Iñaki, Luis y otros. Me he dado de bruces con la vida, lo estoy pasando bien, tengo trabajo y he conocido a mucha gente, pero sigo fiel a mi juramento y a nadie más le he dicho te Amo. Es muy triste estar así, me río, pero en ocasiones me miro dentro y pienso “qué mala suerte, estoy rebosante de romanticismo y no se lo puedo regalar a nadie”. En momentos de soledad, en ocasiones, pienso en Carme, pienso en ella y me imagino que ahora tiene la voz de alguna artista de moda y le digo que le Amo, pero no soluciona nada, solamente es un alivio pasajero. Sigo soñando con ella (la auténtica, la que busco). Y claro, en esta dimensión, he añadido nuevas cosas, ya no sólo tiene que ser la más hermosa, la de la voz angelical, la de la sonrisa más fascinante, la del sentido del humor parejo al mío. Ahora también tiene que ser una persona que me enseñe, una persona con la cual pueda hablar de cosas que me interesen, una persona que pueda mirar sin decir nada y no sentirme incómodo, una persona a la cual admire.
La desesperación me está invadiendo, es un día normal, se ha acabado el verano, empieza a hacer frío, se suceden días peores con días mejores, todo sigue igual. Pienso en el futuro, en si es posible morir de amor, o mejor dicho morir por no poder darlo. Quiero gritar te Amo, pero el juramento que me hice cuando me hallaba en la segunda dimensión no deja que la palabra que más ansío decir salga de mi boca, me corroe y me entristece. Ya ni siquiera mis fantasías me alivian, he viajado, he buscado, he conocido pero no he encontrado. Es un día normal en Zaragoza, cierzo, aire del infierno que te golpea y cuando digo te golpea, digo bien, te pega y mueve tu cerebro, en ocasiones tanto que te provoca dolor. Tengo que ir al estudio de grabación; hoy voy a grabar un disco de un cantautor, y no me queda más remedio que enfrentarme al viento. Estoy en el Actur, el barrio aún mantiene algún descampado sin edificar, el cierzo levanta tierra, piedrecitas que me golpean en el rostro, bajo la cabeza y de vez en cuando miro para no chocar contra una farola o ser atropellado; estoy pasando un mal rato, voy más rápido que Bold, me es imposible frenar, mi cuerpo está a merced del maldito viento, dentro de pocos metros tengo que girar a la derecha y sé firmemente que el cambio va a ser brutal, voy a pasar de andar rapidísimo, empujado, descontrolado, a recibir un bofetada espectacular, una bofetada de más de cien kilómetros hora, el cierzo en pleno apogeo, en su esplendor, mostrando su magnificencia, su poder único en esta ciudad; cierro los ojos y doy el esperado giro, preparado para recibir el inevitable golpe, y menudo golpe. Llegó volando y me pidió perdón, “perdón”, que voz, nunca había oído nada igual, sus ojos eran hermosos, eran dos trozos de cielo veraniego, llevaba una capucha que tapaba su pelo y una bufanda que cubría su boca. La cogí de la mano y giramos juntos. De repente, volvía a encontrarme antes del giro a la derecha, la curva del tropezón, ella volvió a pedirme perdón y siguió su camino y yo el mío. Estuve grabando toda la mañana, el cantante me invitó a comer y quedamos en que volvería en un par de días por si tenía que pinchar alguna nota mala.
Me dirijo al estudio, ni una pizca de viento, hace un día estupendo. Llego temprano y decido sentarme en un banco a fumar mientras se hace la hora de apertura del estudio, me gusta mirar a la gente. El banco se encuentra en la esquina del encontronazo, recuerdo el hecho. Estoy en mi nube cuando, de repente, una chica tropieza y se cae, me acerco a ella y le ayudo a levantarse, es preciosa, pelo de león, ojos de cielo y se levanta riendo, qué risa, y de repente me dice gracias; la voz, es la voz del otro día y le comento la cosa, ella lo recuerda y lo admite, mi estómago se llena de mil mariposas, le invito a un té y acepta. La Amo, sin duda es ella y lo digo porque la conozco bien, ya que ahora es mi mujer y llevamos diez años juntos.
Quiero compartir parte de esta felicidad y quiero que la gente lo oiga, quiero que conozcáis su voz, y vais a tener suerte, ya que canta en un cuarteto de voces femeninas: SARASVATI
En esta quinta dimensión he descubierto que ella tiene un punto especial que yo no había pedido, una cosa mágica y es que el paso del tiempo, al revés que al resto de los mortales, la hace más hermosa y además hace que yo sea mejor persona. Me he llevado el premio, vino volando y la cogí de la mano, vino volando con mil mariposas que se metieron en mi estómago y que en ocasiones vuelven a visitarme. Hoy las mariposas están aquí y Belén siempre. Soy feliz.