lunes, 21 de mayo de 2012

SÁBADO LLENO DE AGRADECIMIENTOS (OCHO) Y UNA QUEJA AL CIERZO

 I loves you, Porgy, de Gershwin, un autor que siempre nos ha acompañado. Versión, Salanova, Balasch.
 En 2004, un sábado por la mañana nos fuimos a ensayar al C.C. Río Ebro y nos grabamos.
Foto de Ángel Martínez.


Se presentaba un sábado intenso. Hacía años que no me pasaba eso por trabajo. No me pasaba porque intentaba evitar este tipo de estrés. Por experiencias anteriores sé que no es buena idea hacer tres bolos en el mismo día. Pero la cosa no fue como las otras veces; esta vez fue una buena experiencia y por ello quiero agradecer a todos los que vinisteis a las actuaciones y a la charla.
Me esperaba un día largo, me levanté temprano, a las 7:04. Decidí cambiar las cuerdas del contrabajo por otras también usadas, pero menos que las que estaba utilizando, ya que el día anterior estuve tocando y no me encontré cómodo con el sonido. Cuando no estábamos en crisis las cambiaba tres o cuatro veces al año (las cuerdas) y siempre tenía (sigo teniendo) un juego por si surge alguna grabación o actuación especial (no había valorado el sábado como especial, en todo caso estresial). Poner cuerdas nuevas el mismo día del bolo no es aconsejable, por lo menos a mí no me gusta.
11:00. Empecé a preparar el material de la charla, que es el contrabajo y un minidisc con unas muestras de unas canciones. Estaba en ello cuando llegaron los de la empresa de sonido de Luis Lasheras; me iban a dejar un pequeño monitor para el audio, puse un poco de música para ver como sonaba y sólo habían sonado dos notas cuando Silvia (la técnico) dijo: ¿esto es Coltrane? y lo era, tuve que darle dos besos, y la gente que me conoce sabe que no soy de mucho besar; ésta fue mi primera alegría del día. El hecho parece algo sin importancia, pero yo valoro mucho estas cosas. Le agradezco a Silvia esta primera alegría.
12:00. Empiezo la charla en el museo del calzado de Brea (un sitio muy bonito y la chica encargada del lugar es muy amable). La gente que acudió al acto me regaló con su silencio y atención, cosa que les agradezco. Otro detalle que me llenó de alegría ocurrió cuando puse el tema So What: un señor del público lo reconoció sólo empezar; también se lo agradezco por el mismo motivo que a Silvia; a él no le besé, pero le regalé un disco.
16:10. Empezamos a tocar CoolAge 2012 en la plaza Lola Lemos de Brea. Es un rinconcito de Brea, un sello de identidad que se repite en algunos de los actos que organiza Toño Monzón, una idea que me parece estupenda, el buscar sitios en los que no se hacen ningún tipo de eventos y así darle vida a las zonas “menos agraciadas” de los pueblos y ciudades. Agradezco a Toño Monzón por ser un hacedor y luchador de ideas y una persona íntegra y con ética; la falta de ética es lo que nos está llevando al caos (creo en ello). Agradezco a las personas que estuvieron en el evento. Todos los pronósticos daban lluvia, pero el día nos respetó y esto se lo tengo que agradecer a la madre naturaleza (creo también en ello).
Sabía que lo que me quedaba a partir de ahora era lo más difícil, la última actuación, la que tenía en el Joaquín Roncal a las 19:30 junto a Antonio Salanova. Ésta es sin duda una música que te exige mucho, máxima concentración y gran preparación antes del bolo. El nivel de exigencia que nos imponemos es alto y yo, aparte del ajetreo sabadil, había pasado una semana muy mala por un asunto que no voy a contar. Vamos, que esta actuación no se presentaba en el mejor momento. El resultado del reencuentro con Antonio después de más de un año sin tocar juntos era una auténtica incógnita. La verdad es que estaba algo preocupado, no nervioso, pero sí me preocupaba no estar a la altura. Llegué al Joaquín Roncal a las 18:30, la hora calculada; desenfundé el contrabajo, toqué dos minutos, afiné y salí a dar una vuelta con mi familia, que este día me acompañaba, cosa que agradezco.
Diez minutos de cortesía.
19:40. Salimos, nos miramos y Antonio empezó a exponer la canción de Metheny con la cual habíamos decidido empezar la actuación: máxima concentración. Conclusión, noté que iba a ser algo especial, y lo fue. Para mí la mejor de las actuaciones que hemos hecho. Para ser sincero, en el último tema perdí algo de concentración, no sé si fue el pensar “ya se acaba el sábado” o el agotamiento (tengo que hacer algo más de ejercicio). Fue una tarde mágica, sucedieron cosas (musicalmente hablando). Durante la actuación me emocioné en repetidas ocasiones, fueron momentos especiales, mi mundo interior, mi yo y la música, en este momento pensé en algo, tuve una sensación que sólo en otra ocasión había tenido, pensé por segunda vez en mi vida “qué bien suena y que suerte tengo de participar de ello”. Fue un día mágico, fue un día especial, un día con mi familia y un público silencioso y atento. Quiero agradeceros que hayáis estado ahí y me siento bien de haber podido ofrecer uno de mis mejores días musicales y que estuvieseis conmigo; qué suerte el haberlo compartido con vosotros.

Una queja al cierzo. Quiero que sepáis que no estoy conforme con que nos cueste tanto poder encontrar sitios donde tocar con Antonio, seguramente el proyecto en el cual más energía y tiempo he invertido junto con Castafiore. He estado y estoy en muchos grupos, y en ocasiones he tocado o he participado con cosas que no hemos perdido ni cuatro días en montarlas y hemos hecho un montón de bolos, y también he pasado vergüenza en alguno (falta de ética). Para que tengáis una idea más clara de lo que estoy hablando; con Antonio, antes de mostrarnos al público, estuvimos ensayando más de un año todas las mañanas de sábado, sin excusas y sin pausas. Cuando sacamos nuestro disco mi teléfono no paraba de sonar, me llamaba todo tipo de gente alabando nuestro trabajo, pero no se ha traducido en actuaciones. Este sábado en el Joaquín Roncal obtuve un premio que es mucho más grande que cualquier otro; el dúo ha crecido aun sin actuar ni ensayar, y siento sinceramente que es una lástima que no nos pueda ver más gente (sé que esto suena arrogante, pero es un análisis totalmente frío); creo que estamos en el mejor momento para hacer disfrutar a cualquier tipo de persona que esté dispuesta a abrir su corazón. Sólo queremos un piano acústico afinado para mostrarnos.