martes, 19 de noviembre de 2013

MOUSTAKI



Soy amante de las melodías sencillas, ya de niño debía serlo, esta canción que anida en mis recuerdos es la prueba de ello.
Cada vez que la escucho me estremece, me estremece la historia y, de niño, me estremeció su sencilla melodía, su corta letra que canté muchas veces sin conocer su significado.
Extranjeros, pobres y con ideales políticos alejados del poder establecido (la víctima ideal). Seguramente se acercaron llenos de ilusiones y esperanzas al país de las oportunidades y de la libertad. Este tipo de libertad y justicia que es la que hemos heredado en nuestro maltrecho mundo occidental, claro que, este comportamiento tampoco escapa al resto de la humanidad. Snif, snif.
Sencilla y contundente letra-denuncia, un grito que Moustaki lanzó en 1971, 44 años después de la ejecución de Sacco y Vanzetti.
Temática que por desgracia tiene total vigencia, una pauta que el género humano nos empeñamos en seguir, una de las formas más repetidas que tenemos para acabar de una manera u otra con la gente que no está en nuestra sintonía, que no reza nuestro credo, sobre todo si son insignificantes, qué fácil es juzgarlos, qué sencillo es acabar con ellos, no necesariamente matándolos, en ocasiones, enterrándolos en vida.
Estas palabras las colgué en Facebook el 23 de mayo cuando me enteré de la muerte de Moustaki, he pensado que cobraban de nuevo vigencia ya que este jueves a las 21:00, en el Teatro del Mercado de Zaragoza, ofreceremos con nuestro nuevo grupo, Les Métèques, una actuación homenaje a la obra musical de Moustaki.

Sirva el concierto, en algún momento, como denuncia a las injusticias.