viernes, 22 de junio de 2012

mini - SE ME OLVIDÓ SU NOMBRE - mini


Se me olvidan cosas constantemente. Eso tiene sus ventajas y sus inconvenientes. En realidad, casi todo son ventajas: te olvidas de las cosas que haces mal, te olvidas del dolor sufrido, te olvidas de tus raíces, te olvidas de tus muertos. En cambio, los inconvenientes son más livianos: te olvidas de comprar el pan, te olvidas de las llaves o de la hora de una cita, te olvidas de cual es el número del bus que te lleva a la plaza España o a qué hora sale tu hijo del colegio, te olvidas de una palabra o de un nombre.
Pero de vez en cuando, un recuerdo vuelve y te teletransporta a aquel pasado. Hoy me ha sucedido, he sido teletransportado; en este caso, más bien he sido telemusicado (internet, gran invento, inmensa enciclopedia), llevado por una canción a un pasado olvidado. En realidad, el pasado del que hablo no lo había olvidado, lo recordaba con cariño, se me había olvidado el nombre del pianista, fue un pianista (y el grupo) que me marcó, que me cambió, que me hizo ver que no tenías que ser Jarrett (Cuarteto europeo) para hacer cosas bonitas, que había más gente haciendo este género (de forma más asequible), sobre todo en Europa. Entonces compuse unas canciones imitando este estilo (se pueden oír en mi disco con Salanova). En realidad, antes de él ya había conocido a Bobo Stenson y unos cuantos de ECM; esto que os hablo debió ser en el 95, más o menos. A los pocos años, volví a saber de él, en 1997 el pianista en cuestión venía a Barcelona junto a Lars Danielsson y Anders Kjeliberg. Pero, cómo no, se me volvió a olvidar su nombre y hoy lo he encontrado de nuevo y lo voy a dejar en este escrito para poderlo recordar: LARS JANSSON.