Mi
blog no es muy visitado, de hecho, seguro que dentro de los rankings
de blogs estará entre los últimos, posiblemente sólo superado, en
la zona baja, por el de “felipetrompeta” y algún frikie más
(Felipe, perdona por lo de frikie).
Nunca
me planteé el tema de los lectores, vamos, que nunca pensé que
alguien, aparte de unos cuantos amigos, leyese lo que escribo. Más
aún incluso, jamás pensé en escribir nada y menos que iba a estar
tanto tiempo redactando historias semanales (lo máximo que había
escrito en mi vida era algún guión teatral y algún examen, eso
último por obligación).
Como
en casi todo lo que he liderado o coliderado en mi vida, esta es una
cosa más de esas que hago para divertirme. Vamos, que no creé el
blog para lograr una legión de seguidores y por supuesto no hay
legionarios, eso lo sé porque el blog tiene una aplicación con
estadísticas diarias y digamos que no se mueve mucho; pero sois
muchos más de los que jamás me imaginé y aunque os quiero
(supongo), no sois lo importante, aunque ahora sois algo más de lo
fuisteis al principio, ya que en un principio ni siquiera había
reparado en que estabais (aparte de algún amiguete y amigueta).
Ahora estáis, pero siento deciros que, aunque he tomado conciencia
de que estáis, no sois mi motivo para seguir escribiendo, ya que
éste sigue siendo, como ya he comentado, la diversión, pasarlo
bien, lo que siento mientras lo hago, el gozo particular y solitario
que me da el poder descubrir una sonrisa oculta que aparece en el
escrito de forma inesperada, de forma mágica, al igual que surge lo
romántico o lo sexual o lo disparatado, situaciones que, momentos
antes de estar plasmadas delante de mis narices en el ordenador,
nunca habían existido. ¿De dónde salen?
Vosotros,
en todo caso, sois mí conciencia en esta causa, sois la parte que me
obliga a hacerlo, ya que dije que cada martes colgaría una historia
en este blog, sois los seres invisibles que me obligan, por respeto a
la palabra dada, por mi parte, en su día. Me obligáis a esta
rutina semanal, necesaria ya para mí. Resumiendo, sois la rutina,
esa cosa tan necesaria (ahora lo sé) que empuja la imaginación.
Creo que me he liado un poco, espero que hayáis entendido lo que he
intentado decir.
Nunca
supuse que hubiese gente que me acompañara, aparte de los amigos.
Claro que, aunque sólo seáis la parte rutinaria de esta apuesta, me
alegra ver que estáis, vamos que os he cogido cariño. Creo.
Sois
los invisibles, seres no palpables que en contadas ocasiones (alguno)
habéis aparecido dejando un comentario con el nombre (habitualmente)
de “Anónimo”, apelativo que ayuda poco a rastrear vuestro lazo,
si es que existe, hacia mí, saber si este ente incorpóreo que sois
los rutinarios es conocido de la vida real, de mi andar diario, de
mis calles, de mis escenarios y de mis bares. Pero estos cortos
mensajes que redactáis a pie de historia en el blog o en Facebook o
Twiter son desveladores, por lo menos en el momento de mi lectura, de
vuestro sentir al leer lo mío y eso me lleva a miniconoceros;
vuestras anónimas ilustraciones, en ocasiones, destapan mi interés
y os imagino y os visualizo y os invento y os materializo, en
ocasiones, en actores de mis historietas. ¿Me lío?
Empecé
a escribir azuzado por Jesús Laboreo, a raíz de enviarle un curso
de cómo escuchar jazz (según mi criterio). Este curso, que hago
cada año de forma gratuita para gente que quiere aficionarse a esa
música, consta de 25 capítulos que envío cada semana por correo
electrónico (si alguien quiere apuntarse al de 2014 puede hacerlo,
empieza en enero). Jesús, al leer los comentarios de estos episodios
jazzísticos, un día, tomándonos una Guines en el Rag (El Rag sale
en la historia “Mejor escuchar que hablar de Jazz” del 5
de junio de 2012), me comentó que estaría bien que escribiese (yo)
historias. Además, Jesús ha hecho de corregidor de algún relato y
defensor (ante mí, para mí) de mi disparatado estilo de coma va,
coma viene (un día me presentó el punto y coma) y de escanciador.
El
martes 3 de abril de 2012 subí mi primera historieta en este blog
(“Adelante”) y desde entonces he colgado, con esta de hoy,
ochenta y seis entradas. Me estoy alejando una vez más del auténtico
motivo que me ha llevado a escribir “Los Invisibles”. Me lío, esto
también forma parte del estilo. Creo.
Quiero
hablar de vosotros o ustedes, de los rutinarios que aparecéis en la
estadística bloguera como entes de otro lugar, de verdad que haber
sabido de vosotros me ha llamado la atención y, como no podía ser
de otra manera, ha
estimulado mi curiosidad, dejándome algún interrogante abierto.
¿Los
invisibles? ¿De dónde habéis salido? ¿Cómo habéis venido a
parar a este blog? Gente de fuera de mi círculo de amistades,
incluso de fuera de Zaragoza. Sé que en Manresa (Barcelona) hay un
par de personas que me siguen (hola), estuve viviendo durante algún
tiempo allí, por lo que estos (visibles conocidos) entraban dentro
del grupo de amigos posibles seguidores, de hecho, varias de las
historias han trascurrido allí ( 30-5-2012 “Me cansé de tocar
el mismo blues, pero no puedo huir de él” o 6-8-2013 “Viaje
al pasado” son algún ejemplo). Me lío.
Cuestión,
que de los 200 puntuales seguidores de esta semana, 104 son de
España, eso ya me parece flipante, pero aún más flipante es lo de
los 96 restantes; de qué manera os habéis podido interesar por esto
gente de Alemania, de Francia, desde Francia sé que mi primo Eduard
Balasch me sigue, me lo comentó su hermana que se hizo visible (mi
prima) después de leer la historia “Extranjero” que
colgué el 21-08-2012, de Colombia, de Rusia, de Polonia, de
Argentina, de México y sobre todo de Estados Unidos desde donde han
seguido, por poner un ejemplo, “El Reencuentro” 68
personas.
Curioso.
Al ser
consciente de vuestra existencia, os imaginé sentados ante el
ordenador o el móvil, abriendo el blog para ver qué se me ha
ocurrido esta semana. ¿Qué tipo de personas sois? Algunos sé
quiénes sois (unos quince), pero los demás sois invisibles.
¿Pobres? ¿ric@s? ¿vací@s? ¿llen@s? ¿alt@s? ¿buen@s?
¿solitarias? ¿tristes? ¿solitarios? ¿solidarios? ¿alegres?
¿enferm@s? ¿deportistas? ¿os gusta el ajedrez?
La
verdad es que en ocasiones me gustaría saber de vosotros y en otros
momentos, en los más, pienso que es mejor así.
Seguiré
imaginando cosas sobre los hombres y mujeres invisibles que los
martes abrís este blog.
Os doy
las gracias por seguirme, estoy muy agradecido a tod@s.
¿Quiénes
sois? ¿Importa?
Ciao.
Un
abrazo.
Me lié
en una tremenda tela de araña, me lió, no sé cómo ni por qué, me
lié y no sé qué hacer...(creo que esto último corresponde,
probablemente con algún cambio, a letra de una canción de la
Orquesta Platería, creo).