martes, 22 de julio de 2014

CHARLIE HADEN

 Yo te busco, yo te encuentro, yo te ayudo, tú me ayudas, yo te digo, tú me escuchas, yo te escucho, tú me dices.                                       

A Charlie Haden le tocó nacer en la dorada y abrasante América de los puentes de Madison, concretamente en Shenandoah, Iowa.
Hace unos días ha dejado de tocar en nuestro planeta. Se truncaron los nuevos proyectos, pero nos ha dejado más de 50 discos como líder o colíder y cientos como acompañante.
La vida es un momento, cada cual con sus cosas; fruto de las casualidades, del esfuerzo, de la perrería, de las suertes, de las malas suertes, de las búsquedas, de los encuentros, de las enfermedades, de los amores, de las pasiones, de los descansos, de los agotamientos, de las carreras, del caminar. Todo esto y mucho más la convierte en única. Sólo una. No es más una que otra, pero depende de lo que hayas hecho, dejarás un legado que surcará el pasar de los tiempos. Y si eres músico, de música sin texto, el legado (musical) será sonoro; esa cosa abstracta, ese flujo de sentimientos que puede hechizar o repeler, según el oyente (lo que a mí me cautiva, igual a ti te repugna). Este es el yo. A diferencia de la música escrita de Bach o de Mozart (estos dos, como ejemplo), el legado musical de este siglo será auténtico, será la verdad, trasmitido por el músico, por su propia voz, sin literatura fantástica; en un soporte sonoro que no podrá mentir ni cambiar, ni mejorar, ni empeorar, un legado que traspasará los tiempos de forma auténtica y podrá ser escuchado durante tiempo tal y como es, un documento histórico no manipulado. Música.
El día 6 de agosto de 1937 nació Charlie Haden. Empezó con la música, de niño, cantando Country junto a su familia, paseando su voz por emisoras de radio; yo me imagino (las emisoras) del estilo de la de O Brother, ( de los Coen). Tuvo que dejar de cantar a los quince, por unos problemas que le ocasionó la poliomielitis y le afectaron a las cuerdas vocales, enfermedad que le dejó secuelas que le han perseguido durante toda su viada y, parece ser, han sido la causa de su fallecimiento a los casi 77 años. Fue la enfermedad lo que le alejó del canto, pero también fue ella la que le acercó al contrabajo de su hermano, al no poder cantar se puso a tontear con el instrumento. La enfermedad le llevó al contrabajo y a su vez le quitó la vida. Paradojas.
El día 11 de este mes murió Charlie Haden. Inició su carrera como profesional del contrabajo en los 50, en pleno meollo (Jazz), empezó tocando en Los Ángeles, la costa Oeste, el Cool, acompañó a Art Pepper (eso es mucho), después se pasó a lo negro, se unió a Ornette y llevaron adelante eso del Free (eso también es mucho). Estas dos formas tan antagónicas del Jazz fueron su escuela; Haden las supo aunar magistralmente durante toda su carrera, incluso tocando en su faceta más Cool. Es cierto que poco a poco fue dejando de lado lo más free, pero aún así nunca lo abandonó del todo, no puedes deshacerte de tus aprendizajes, no puedes abandonar tu yo.
Para acabar, para poner el punto final a su carrera, Haden nos ha dejado un último disco a dúo (formación que tanto le gustaba) junto a ese amigo con el cual estuvieron 35 años sin hablarse, Jarrett.
Estuvo en los grandes momentos del Jazz, oculto detrás de grandes figuras (como ha de ser, era Contrabajista).
Cuando empezó a volar en solitario, hizo cosas bellas, con el corazón, una y otra vez, disco tras disco, grupo tras grupo, dúo tras dúo.
Alejado del virtuosismo (que no atesoraba entre sus dedos), en sus solos apostó por la melodía (qué peligro), por los efectos sonoros (Free) o el caminar (tocar simplemente una nota por tiempo o semejante) y cuando acompañaba, su objetivo no era otro que hacer mejores a los compañeros con los que tocaba (una de las labores, si no es la labor, más importante de un contrabajista y también de cualquier músico de Jazz que esté acompañando. Creo).
A la gente le gusta más el virtuosismo, está mucho más premiado entre los aficionados y músicos; por eso admiro tanto, también, a este hombre, que creyó en su canción y consiguió el reconocimiento de los Músicos.
Sé que hay mucha gente a la cual no le llega su discurso, he oído muchos comentarios de desaprobación e incluso de mofa hacia su manera de tocar, inclusive entre músicos. No intento convencer a nadie de lo que yo siento al oírlo, de lo que me ha enseñado, y no sólo hablo de música. Pero, creedme, si lográis amar a Haden de manera sincera, si lográis degustar con profundidad su discurso, su sonido, su música, aunque sea por un instante, os aseguro que vais a abrir un frasco de fragancias que jamás antes habréis disfrutado, un espacio desconocido, único, que os mostrará la belleza de lo simple, la verdad sin trampa, lo desnudo, lo ético, lo auténtico.



Tuve la ocasión de entrevistarlo en los noventa, seguro que puedo encontrar aquellos documentos sonoros, con su voz y quizá algún día los cuelgue. Sus palabras cambiaron mi manera de ver ciertas cosas.