Listo
para empezar, estoy en la salida, me quedan 42.195 metros por
delante, mejor dicho por detrás. Estoy nervioso y es una distancia
en la que nunca nadie ha competido (oficialmente hablando, hasta hoy
la prueba más larga era de 20.000), estoy seguro de que puedo
hacerlo bien. Estamos 40 personas, todos concentrados y todos
ilusionados, 42.195 metros; el que haga que su culo sea el primero,
obtendrá un oro que hasta el día de hoy nadie tiene, será un tipo
único, el primero de los primeros. La carrera de hoy va a proclamar
al primer campeón de maratón de la historia en esta modalidad.
Estoy
muy bien preparado, pero estoy impaciente. Salgo desde la mitad y en
estas carreras siempre hay problemas en la salida, mucho culazo (hay
que buscar tu hueco y evitar el hueso). El público está delante de
nuestros culos esperando ver nuestras caras. ¿Las caras? eso es un
aliciente y una incógnita que favorece la afición a este tipo de
prueba. Las expectativas del público mirando nuestras posaderas
atléticas es máxima (las casas comerciales empiezan a sacar prendas
especializadas para estas pruebas, que resaltan nuestros traseros
magistrales); en muchas ocasiones, al pasar, ves en sus rostros la
desilusión (tened en cuenta que siempre tenemos una privilegiada
posición para ver sus caras cuando pasamos) al ver en muchos de
nosotros las jetas curtidas por el sol y el cierzo (horas de entreno)
o simplemente feas.
Suelen
ser carreras accidentadas (y supongo que en esta distancia lo será
más), te pegas unas buenas ostias, lo bueno es que siempre caes de
culo y eso evita lesiones. Estoy excitado, suerte que corremos de
espaldas.
* Las
prendas especializadas, suelen ser en tonalidades grises (hablo por
detrás), de tonos oscuros, excepto la parte de los glúteos que es
de colores vivos, de estos colores fosforitos tan de moda, y por la
parte delantera (la de la cara) también predominan los colores
vivos.