martes, 10 de julio de 2012

RESPUESTA A UNA PREGUNTA DE LA BRUNED

Fotos, Ángel Fernández.
Audio, Cromático de Diego M. de Pisón, del disco Plaza Castafiore, S.R.P. discos 1994. 
Intérpretes: Diego M. de Pisón, guitarra, Coco Balasch, bajo, Jesús Fandos, batería.
El Cromático es un tema con historia dentro del disco Plaza Castafiore ya que no estaba en la lista de canciones que teníamos preparadas, pero al día siguiente de grabar, fuimos a recoger los trastos al estudio y, como quedaba un trozo de cinta virgen (aún se grababa con cinta), el técnico nos dijo si queríamos grabar algo, la cosa es que faltaba un miembro del grupo y este es el único tema del disco a trío.

Ayer iba con la radio encendida y oí una versión de "Michelle". Al acabar dijeron que era de Terri Lyne Carrington y su Mosaic Project, un grupo de jazz sólo con mujeres, algo rarísimo porque sólo ha habido mujeres vocalistas(con contadas excepciones).¿qué te parecen?.
La pregunta que me planteas creo que es: ¿qué te parece el nuevo grupo de Terri Lyne Carrington y su proyecto Mosaic?. Sobre qué me parece el grupo, está claro que todas tocan bien. Pero como siempre, el que te guste o no te guste, que te guste más o menos, es una cosa personal. A mí particularmente me gustan más otras opciones, otras cosas.
Me ha llamado la atención que comente (el locutor) que en el mundo del jazz sólo ha habido mujeres vocalistas, instrumentistas en contadas excepciones. Esta afirmación sería cierta en un pasado lejano, pero claro, pensando que está hablado de un grupo actual, es una afirmación demasiado severa (él creo que habla de mujeres músicos y no de grupos de mujeres, lo segundo si que es excepcional), aunque aún son muchos más los chicos. “Ha habido pocas músicos en el Jazz”, es cierto, pero hoy en día no se puede hacer una afirmación de este tipo, me parece falto de información sostener que “son excepciones y, las que hay, cantantes”; yo creo que ya no son una excepción, claro que depende mucho de la medida que le des a la palabra “excepción”, ya que es una palabra algo ambigua, poco precisa, sin concreción ¿a qué porcentaje se refiere: excepción cómo el número de albinos o excepción cómo el número de chicos con el pelo largo o excepción como el número de habitantes extranjeros en Zaragoza? Igual de excepcional que en otras profesiones en las que el hombre, por imposición histórica, ha copado todo y ha sido el admirado, mientras la mujer tenía que estar cuidando de la casa, de los hijos y del consagrado (durante la historia siempre ha habido mujeres que se han salido de este perfil implantado, pocas, debido a las dificultades y tradiciones impuestas por los señores). Ya hace unos años que hay muchas mujeres profesionales tocando este género musical, ya hace unos años que se puede ver el potencial femenino (ahora ya sólo hablo de Jazz). No creo en absoluto en la diferencia por género, sino en el corazón de las personas y en la música improvisada donde tanto cuenta la imaginación, ahora sois más libres para soñar, las chicas son más libres, más libres para estudiar, más libres para elegir si se van a dedicar a criar hijos o no, si los van a tener o no y cuándo, si se van a casar o no, libres para compaginar maternidad y profesión, ahora son libres para elegir su vida, ahora son más libres para soñar. En este momento de igualdad con el hombre (musicalmente hablando) vamos a ver muchas y muy buenas, y espero y creo firmemente que algún día habrá tríos y cuartetos de mujeres, pero no por haberlo fabricado de forma artificial, sino por imposición del porcentaje entre músicos (hay gente que piensa que a las chicas se les da mal improvisar, por esto hay más chicas en clásico que en el Jazz).
En la historia “me di cuenta que también me gustaban las mujeres” (26 de junio en este blog), aparte de otras cosas, intento abrir la curiosidad sobre la existencia de muy buenos músicos que son mujeres, al igual que planteo, a su vez, que porque sean mujeres no tienen por qué gustarme, que por ser una minoría no tienen un plus para gustarme. Igual me pasa con los niños o jóvenes. A mí, que un niño llegue a tocar algo de alta dificultad técnica me puede llamar la atención, pero no me emociona. Cuando la gente me dice, escucha a este nuevo joven (esto también lo planteo en la historia del día 26, y hablo de la desilusión que te llevas en muchas ocasiones después de escucharlo), lo escucho de igual forma que lo haría con otro músico, no valoro la juventud del músico, ni su proyección de cara al futuro, lo único que valoro cuando escucho música es la música. Me importa un bledo que el que toque sea niño, niña, joven, hombre, mujer, le falte un brazo o sea ciego, no doy un plus a mis oídos y mis sentimientos porque el intérprete pertenecezca a una minoría, la música la escucho para disfrutar y me gusta la que me gusta y eso no lo va a cambiar el que la toque un niño de doce años. En el momento en que estoy escuchando, me importa un bledo el hombre músico, su nombre, quién es, intento disfrutar de lo que oigo y ya. Otra cosa es cuando algo me llama mucho la atención, un instrumentista nuevo me despierta la curiosidad y entonces se obra el milagro (cosa que cada vez ocurre menos), siento la necesidad de saber quién es. Por defecto o fetichismo, o para poder comunicarme con otras personas, o para darlos a conocer o compartirlos me he aprendido un montón de nombres y he leído un montón de biografías (también pienso que es necesario conocer la historia para saber dónde te mueves, para valorar a tus ancestros musicales, para tener respeto hacia ellos, para tocar mejor; los occidentales somos muy dados a ir al grano) intentando conocer más al músico ¿cómo ha podido llegar a ser especial? y busco en los escritos sobre su vida privada. Eso me ha llevado a una conclusión: después de leer sobre muchos
músicos, la única cosa que tienen en común unos y otros (de los que me gustan) es que casi todos, por no decir todos, tienen una sólida preparación académica. Y llegado a este punto de mi declaración, tengo claro que el tema de que haya menos mujeres que hombres en el Jazz es porque, hasta hace unos años, sólo accedían a este tipo de estudios los hombres, eran momentos en que ellas no podían elegir y, sí, eran una excepción mayoritariamente en forma de cantantes (¿por qué cantantes? un día hablo de mi teoría al respecto). En la historia “me di cuenta que también me gustaban las mujeres” destaco a Geri Allen de entre todas las pianistas, pero es una cuestión de gusto, es una cuestión de mi gusto, mi decisión o, mejor dicho, la de mi corazón, él es el que la incluyó ya hace muchos años en mi lista de pianistas favorit@s, pero hay muchas otras pianistas de alto nivel que seguro están en otra lista ¿quizá en la tuya? Eliane Elias, Diana Krall (damnificada de mi historia), Rita Marcotulli, Nina Simone, Tania Maria, Patrice Rushen (ésta, cuando la descubrí, cantaba funk comercial, después la he oído con buenos músicos de Jazz tocando el piano), Dorothy Donegan, Maria Shneider, Patricia Barber y otras muchas que seguro no conozco.
Bruned, te agradezco que me hayas enviado esta-s pregunta-s, no sé si te he contestado a lo que querías saber o sólo me ha valido de pretexto para liarme a contar una historia que no tiene nada que ver con la-s respuesta-s. Lo que sí que tengo claro es que me ha servido para escribir mi relato de esta semana y a su vez desgranar un poco la narración que colgué en el blog hace un par de martes, mostrar lo que quise decir, esta vez desde un punto de vista más técnico. Claro que mi mujer siempre dice que no hay que explicar los chistes (con muy buen criterio) y creo que es lo que acabo de hacer con “me di cuenta que me gustaban las mujeres”.

*Lo del proyecto Mosaic, no es el primero de este tipo; en Barcelona hace ya unos años hubo un grupo de Jazz de chicas, no recuerdo las integrantes, ni el nombre del grupo, bueno recuerdo que al contrabajo estaba Giulia Valle.