martes, 22 de enero de 2013

DESEO, DESEO Y DESEO.


Fotos Ángel Fernández Balasch. Audio - Andando, Perico Sanbeat ,saxo, Javier Colina, contrabajo y Marc Miralta, batería.



Voy a ver si está en la biblioteca.
Salgo de casa, hace un viento considerable, eso de vivir en la avenida de Valencia es un asco, me voy a meter por Alcalde Burriel a ver si hace menos aire. Parece que me apetece algo de comer, calle San Antonio María Claret, voy a ir al horno Sebastián (Mari Carmen es de Borja). Bizcocho de naranja y chocolate (artesano), buenísimo.
Sigo la excursión a la biblio.
Paso delante del Abdul (Mr. Dumbo), el falafel con su pan de pita está buenísimo. Recuerdo perfectamente la primera vez que entré, más o menos el año 88. En aquel tiempo era un burguer, algo especial pero aún no hacía nada de estas comidas con especias exóticas, comidas con sabor mediterráneo, comida siria: hummus, berenjenas, la pizza picante. Sin olvidar que, si no te gusta esta comida, puedes comer las estupendas papas bravas (patatas cortadas y peladas de la casa) o una hamburguesa (también de la casa), bastante económico.
Sigo mi camino.
Paso por delante de la tienda donde compro las semillas de sésamo y otras cosas naturales o naturistas. Me paro en el semáforo, faltan 27 segundos para poder cruzar, han cerrado el LIDL, lástima, latas, vinos, aceite, guantes, botas de agua, botas, anoraks, pantalones impermeables, sartenes, rotuladores, pasta, arroces, cartulinas y paseítos para ver las novedades .
Cruzo la avenida Goya (Francisco). El zapatero remendón también hace copias de llaves. Giro a la izquierda, por Cortes de Aragón, entrada lateral del mercado Teruel, pasaje Goya, cruzo, un quiosco, Valdés se va, cruzo, la fotocopistería posiblemente más económica de Zaragoza, del barrio seguro y hay un montón (zona universidad), son superamables (en lo de las fotocopias). Me meto por la calle de las fotocopias, no recuerdo el nombre (de la calle). Cuando se vendían discos había una tienda de discos, ahora es de prendas deportivas. Giro a Dr. Cerrada. Voy mirando. El Secreto de Ninette, una tienda llena de juguetitos muy recomendables. En la puerta de los tatoos hay un tipo muy tatuado, hasta la cara, me parece que tiene unos cuernecillos, deben ser de esas bolas metálicas que se ponen debajo de la piel.
La biblioteca.
Me meto en el ordenador, deseo que esté, está, ni siquiera la crisis ha podido con él (con el tipo que trabaja en la biblioteca y le gusta Eduardo Mendoza y hace que todos sus libros estén aquí, pienso que es esto o es un milagro), el último libro de Eduardo Mendoza, El enredo de la bolsa y la vida, ya lo tengo, a reírse un rato.
Salgo de la Biblioteca con mi libro debajo del brazo, me pita, vuelvo a entrar , vuelvo a salir, me pita, vuelvo a entrar, me pita, vuelvo a salir, me pita, el guarda da el visto bueno ( si te pita cuatro veces es que no estás robando nada).
Me meto en la calle Fita, al final de la calle una tienda de muebles, son muebles de palisandro, flipantes. Entro, me compro un fular, el dependiente me da una explicación muy detallada sobre los muebles, todos ellos con el fondo macizo, muebles para toda la vida y cinco vidas más, importados de la India, algunos diseños son propios, el chico que me instruye es el dueño y el diseñador, también tiene un montón de alfombras. Salgo con mi fular enredado en el cuello, hace un cierzo muy bestia.
Me meto por la calle Princesa, giro por la calle Carmen, vuelvo a estar en Goya, cruzo, me meto en Valencia, aquí sí que hace aire, me cuesta andar, me meto en Fueros de Aragón, subo por Lorente intentando escapar del maldito aire, no lo consigo. Paso delante del Chaflán, el dueño es del Bierzo, está cerrado, se ha pillado unos días de fiesta, es pequeño (el sitio, el dueño también) pero se está muy a gusto y las tapitas están deliciosas, especialidad en vinagres, no olvidar la de pulpo, los quesos y las tostadas. En el Chaflán suelo quedar con mi estanquero particular cuando le pido tabaco (puto tabaco, qué poca fuerza de voluntad tengo). Hoy he quedado con él (hola, Juanjo ¿qué tal? hoy bajaré un ratito al Rag, igual nos vemos) en el Artigas, miles de tapas variadas y partidos de fútbol; para probar todas las tapas y raciones del sitio tendrías que ir a diario por lo menos durante 15 días seguidos a un promedio de tres al día (tapas); uno de los dueños es del Barcelona y eso se puede ver en las paredes del garito. Desde que no se fuma en los bares, han mejorado todos.
Sigo mi camino.
Paso de ir a casa. La Taberna del Blues está cerrada, abre a las siete, copas, música y ambiente agradable, muy acogedor (no sé si lo leerás, pero por si acaso - hola, Marcelo,).
Me dirijo a Bretón, entro el El Emir, un vinito de Rueda y la tapa de jamón y cebolla (espectacular), cojo el Periódico de Aragón, hoy me atiende Toño. Se sienta un tío alto, batrácico y algo calvo a mi lado, me pido la de gamba con pimiento verde (buenísima), sin duda los mejores fritos de la zona. El de mi lado empieza a hablarme de fútbol, me cuenta que nadie entiende a Mou, no le estoy haciendo mucho caso. Un brasa importante, se está poniendo muy pesado y empieza a alterarse, tira su bebida, deseo que se vaya, lo echan del bar, me pido una salmuera y otro vino.
Leo el horóscopo, me asegura que hoy se me concederán tres deseos (verdá que fuera). Lo que más deseo en este momento es que pare el cierzo. Me despido de Toño e Iñaqui. Se ha nublado, el aire ha parado, me alegro, me voy a dar una fiesta para celebrarlo, me voy a comer al Festín de Babel. Giro en la calle San Antonio María Claret, el tipo de antes (el pesao) está en la Papa Arrugá haciendo aspavientos con los brazos, creo que se dirige al camarero.
Sigo calle abajo, el Festín, Sergio no ha abierto, es martes, los martes sólo da cenas. Hasta luego, Puri.
Calle Fueros de Aragón, me meto en el Mil Tallos, restaurante vegetariano, como el menú, riquísimo (sólo por 7 euros con té y bizcocho), me tomo un té negro, escribo esta historia y os la envío. Alberto ¿ me pones otro té?