Fotos Ángel Fernández Balasch. Audio - Andando, Perico Sanbeat ,saxo, Javier Colina, contrabajo y Marc Miralta, batería.
Voy
a ver si está en la biblioteca.
Salgo
de casa, hace un viento considerable, eso de vivir en la avenida de
Valencia es un asco, me voy a meter por Alcalde Burriel a ver si hace
menos aire. Parece que me apetece algo de comer, calle San Antonio
María Claret, voy a ir al horno Sebastián (Mari Carmen es de
Borja). Bizcocho de naranja y chocolate (artesano), buenísimo.
Sigo
la excursión a la biblio.
Paso
delante del Abdul (Mr. Dumbo), el falafel con su pan de pita está
buenísimo. Recuerdo perfectamente la primera vez que entré, más o
menos el año 88. En aquel tiempo era un burguer, algo especial pero
aún no hacía nada de estas comidas con especias exóticas, comidas
con sabor mediterráneo, comida siria: hummus, berenjenas, la pizza
picante. Sin olvidar que, si no te gusta esta comida, puedes comer
las estupendas papas bravas (patatas cortadas y peladas de la casa) o
una hamburguesa (también de la casa), bastante económico.
Sigo
mi camino.
Paso
por delante de la tienda donde compro las semillas de sésamo y otras
cosas naturales o naturistas. Me paro en el semáforo, faltan 27
segundos para poder cruzar, han cerrado el LIDL, lástima, latas,
vinos, aceite, guantes, botas de agua, botas, anoraks, pantalones
impermeables, sartenes, rotuladores, pasta, arroces, cartulinas y
paseítos para ver las novedades .
Cruzo
la avenida Goya (Francisco). El zapatero remendón también hace
copias de llaves. Giro a la izquierda, por Cortes de Aragón, entrada
lateral del mercado Teruel, pasaje Goya, cruzo, un quiosco, Valdés
se va, cruzo, la fotocopistería posiblemente más económica de
Zaragoza, del barrio seguro y hay un montón (zona universidad), son
superamables (en lo de las fotocopias). Me meto por la calle de las
fotocopias, no recuerdo el nombre (de la calle). Cuando se vendían
discos había una tienda de discos, ahora es de prendas deportivas.
Giro a Dr. Cerrada. Voy mirando. El Secreto de Ninette, una tienda
llena de juguetitos muy recomendables. En la puerta de los tatoos hay
un tipo muy tatuado, hasta la cara, me parece que tiene unos
cuernecillos, deben ser de esas bolas metálicas que se ponen debajo
de la piel.
La
biblioteca.
Me
meto en el ordenador, deseo que esté, está, ni siquiera la crisis
ha podido con él (con el tipo que trabaja en la biblioteca y le
gusta Eduardo Mendoza y hace que todos sus libros estén aquí,
pienso que es esto o es un milagro), el último libro de Eduardo
Mendoza, El enredo de la bolsa y la vida, ya
lo tengo, a reírse un rato.
Salgo de la Biblioteca con mi libro debajo del brazo, me pita, vuelvo
a entrar , vuelvo a salir, me pita, vuelvo a entrar, me pita, vuelvo
a salir, me pita, el guarda da el visto bueno ( si te pita cuatro
veces es que no estás robando nada).
Me meto en la calle Fita, al final de la calle una tienda de muebles,
son muebles de palisandro, flipantes. Entro, me compro un fular, el
dependiente me da una explicación muy detallada sobre los muebles,
todos ellos con el fondo macizo, muebles para toda la vida y cinco
vidas más, importados de la India, algunos diseños son propios, el
chico que me instruye es el dueño y el diseñador, también tiene un
montón de alfombras. Salgo con mi fular enredado en el cuello, hace
un cierzo muy bestia.
Me meto por la calle Princesa, giro por la calle Carmen, vuelvo a
estar en Goya, cruzo, me meto en Valencia, aquí sí que hace aire,
me cuesta andar, me meto en Fueros de Aragón, subo por Lorente
intentando escapar del maldito aire, no lo consigo. Paso delante del
Chaflán, el dueño es del Bierzo, está cerrado, se ha pillado unos
días de fiesta, es pequeño (el sitio, el dueño también) pero se
está muy a gusto y las tapitas están deliciosas, especialidad en
vinagres, no olvidar la de pulpo, los quesos y las tostadas. En el
Chaflán suelo quedar con mi estanquero particular cuando le pido
tabaco (puto tabaco, qué poca fuerza de voluntad tengo). Hoy he
quedado con él (hola, Juanjo ¿qué tal? hoy bajaré un ratito al
Rag, igual nos vemos) en el Artigas, miles de tapas variadas y
partidos de fútbol; para probar todas las tapas y raciones del sitio
tendrías que ir a diario por lo menos durante 15 días seguidos a un
promedio de tres al día (tapas); uno de los dueños es del Barcelona
y eso se puede ver en las paredes del garito. Desde que no se fuma en
los bares, han mejorado todos.
Sigo mi camino.
Paso de ir a casa. La Taberna del Blues está cerrada, abre a las
siete, copas, música y ambiente agradable, muy acogedor (no sé si
lo leerás, pero por si acaso - hola, Marcelo,).
Me dirijo a Bretón, entro el El Emir, un vinito de Rueda y la tapa
de jamón y cebolla (espectacular), cojo el Periódico de Aragón,
hoy me atiende Toño. Se sienta un tío alto, batrácico y algo calvo
a mi lado, me pido la de gamba con pimiento verde (buenísima), sin
duda los mejores fritos de la zona. El de mi lado empieza a hablarme
de fútbol, me cuenta que nadie entiende a Mou, no le estoy haciendo
mucho caso. Un brasa importante, se está poniendo muy pesado y
empieza a alterarse, tira su bebida, deseo que se vaya, lo echan del
bar, me pido una salmuera y otro vino.
Leo el horóscopo, me asegura que hoy se me concederán tres deseos
(verdá que fuera). Lo que más deseo en este momento es que pare el
cierzo. Me despido de Toño e Iñaqui. Se ha nublado, el aire ha
parado, me alegro, me voy a dar una fiesta para celebrarlo, me voy a
comer al Festín de Babel. Giro en la calle San Antonio María
Claret, el tipo de antes (el pesao) está en la Papa Arrugá haciendo
aspavientos con los brazos, creo que se dirige al camarero.
Sigo calle abajo, el Festín, Sergio no ha abierto, es martes, los
martes sólo da cenas. Hasta luego, Puri.
Calle Fueros de Aragón, me meto en el Mil Tallos, restaurante
vegetariano, como el menú, riquísimo (sólo por 7 euros con té y
bizcocho), me tomo un té negro, escribo esta historia y os la envío.
Alberto ¿ me pones otro té?