Hay cosas que no cambian. Siempre estoy mareando mi mente con
proyectos nuevos, con nuevas ideas. Much@s de ell@s se quedan en un
cajón (algunas en un disco duro), escritos elaborados, acabados,
inacabados, páginas completas, una sola frase, buen@s, mal@s,
canciones, diálogos, monólogos, infantiles, juveniles, adultas,
historias serias graciosas, difíciles, fáciles, nostálgicas,
alegres, terroríficas, asquerosas, esponjosas.
Hay
ideas que escaparon del cajón, se fueron solas y viajan por ahí
libres y descontroladas, esas son las que has regalado o te han
robado, sea como sea han pasado a ser de otras personas, se las han
quedado y las han hecho suyas. Un día, un amigo mío que vive de
vender y poner en marcha ideas para espectáculos me comentó una
cosa respecto de la gente que se apodera de una idea tuya sin
permiso; el que te roben una idea no tiene ningún tipo de
importancia, porque eso les puede durar un tiempo, pero ese tipo de
gente no va a tener la capacidad de pensar otra (buena), además
normalmente no han entendido la esencia y acaban desvirtuándola con
mejoras de la casa, y en cambio a mí se me ocurren cinco ideas al
día y se las están perdiendo.
Un caso claro de esto es por ejemplo el de Michael Jackson cuando
dejó de trabajar con Quincy Jones, se pensó que había pillado el
truco y decidió prescindir del hombre de las ideas y eso acabó con
su exitosa carrera discográfica. Me estoy enredando.
En
realidad he empezado escribiendo esto para exponer, mostrar, hablar
de una idea nueva, no es mi última idea, pero sí es la que voy a
poner en marcha ya, de forma inminente y sin vuelta atrás. Un
proyecto que va a cobrar vida el día 9 de febrero en un sitio
especial y no casual; estuve mirando garitos y éste me gustó, y a
su dueño, Carlos Chahuan, le pareció bien la fricada, cosa que me
alegró. En El Puerto de las Ánimas,
este próximo sábado, a las 20:00h, en el nº 13 de la calle Santa
Teresa de Jesús sonará el Yesterday Is Here de Tom Waits en la voz
de Carlos Taberna. Con este tema comienza una nueva aventura que
emprendo con ilusión, una serie de bolos que se darán en El
Puerto cada segundo sábado de mes.
El
evento se va a llamar Conciertos Irrepetibles. Serán
siempre dúos, mi
contrabajo y yo con alguien, con otra persona: contrabajo con
guitarra o con piano o con charlatán o con cantautor o con
malabarista o con quien sea que tenga algo curioso que decir u
ofrecer. Una creación mensual. Un trabajo exclusivo y único que se
ofrecerá sólo esa vez. “Irrepetible”. Un mes de
“ensayos” para un único bolo. Los artistas que participen
mostrarán siempre alguna faceta oculta, el artista escondido; por
ejemplo, si es músico, tocará un estilo o repertorio que no
frecuente en su vida profesional, o se reconvertirá en actor y si no
es músico, quizá lo sea por una noche, si es un charlatán,
charrará sobre algo que anteriormente nunca haya hablado.
Durante
los conciertos habrá el momento romántico, donde se encenderán
unas velas traídas de París, Londres, Singapur, Novosibirsk, Milán
, Ikea, etc, que venderán los artistas por 4 ó 5 euros (según de
dónde sean los cirios). En ese momento se apagarán las luces de la
sala y, si el público quiere, habrá un strip-tease (en el concierto
de presentación las velas serán gratuitas). El instante romántico
del día 9 será junto a Chema Callejero al piano, que es
probablemente el pianista con el que he tocado más veces en directo
en mi vida; ahora hacía muchos meses que no nos encontrábamos y
creo que se merece (este reencuentro) el momento romántico. Antes
habrá actuado Paula Silvestre; con ella toqué cuando yo era muy
joven y ella una niña, esa Paula que hacía sonar en aquel momento
limpias, cálidas y maravillosas notas de su clarinete de dixieland
en el escenario de la Vía Láctea. Paula dará paso a Puritani; a
Sergio Ortas (Puritani) lo conocí comiendo en El Festín de Babel
(yo), un maravilloso
restaurante que él regenta, aparte de sus platos descubrí su faceta
como poeta y actor, es la primera vez que vamos a actuar juntos, se
va a salir o a meter no lo sé, pero lo hará delante de todos. Y si
un reencuentro es especial, este es el que voy a tener con Diego
Martínez de Pisón, con el cual grabé el primer disco de jazz que
se editó en Aragón, con aquel grupo Castafiore,
momentos de los noventa en los que paseamos nuestra música por buena
parte de España y algún que otro festival de jazz francés. Después
tendré la oportunidad de compartir escenario con Franco Deterioro,
él es también cosa de hace muchos años, cuando él no era Franco y
era Dani, cuando él no tocaba la guitarra y tocaba la batería,
cuando él no era Deterioro y era el vital Clemente; por aquel tiempo
le regalé unas cerillas (ya eran un artilugio en desuso) y estas
cerillas fueron las que prendieron la mecha, no sé qué mecha pero,
siempre que me ve, me pregunta si llevo cerillas.
Esta
muestra de alguno de los dúos, que después podréis ver en una
actuación entera y exclusiva, he querido hacerla con gente que en
algún momento de mi vida ha estado y ha significado algo para mí
(en ocasiones sin sospecharlo ellos). Quiero que este día, cuando
gire la cabeza y mire a mi compañero de escenario, pueda sonreírle
con total sinceridad, tener buen rollo y pasarlo al público. La cosa
continúa, después del momento romántico, el momento feliz, con un
tema de Bobby McFerrin, ¿os imagináis cuál? Pues sí, eso será
junto al cuarteto vocal femenino Sarasvati; ya sé que eso no es un
dúo, pero me apetecía mucho compartir escenario con mi mujer y como
soy el de la idea, hago lo que quiero con ella (la idea) y ella es mi
Amor (mi mujer) y para vosotr@s
ellas serán un resplandor. Después subirá el agraciado Adolfo
López, el guitarra que toca conmigo estos últimos años, con el que
comparto formación en CoolAge, si no recuerdo mal llevamos desde el
2005 sin parar; un sonido cristalino y limpio, un placer oírlo y un
placer trabajar con él. Para acabar saldrá Quique Artiach, el
Quique de casa Lac, ahora Quique el del país de nunca jamás. Con él
voy a estrenar una cosa, he dejado este momento para el final. Le dí
a Quique una misión que aceptó. La misión era ponerle letra a una
de estas músicas infernales que suelo componer y la verdad es que me
gusta como ha quedado. Corine
dará el fin.
Espero que aparezca, me ha comentado que intentará venir, el que fue
la primera persona o de las primeras que conocí en Zaragoza, un
artistazo que, si le va bien, se acercará, pero tengo que mantener
su nombre en secreto, por una promesa.