No me gusta andar,
pero no me queda más remedio. Calle Aurora nº3,1º,1ª. Ya. A ver,
aquí. 2º,2ª, aquí. A por otra calle. Sigo andando, arrastrando el
carro. Calle Bailén, esta calle siempre invita a mover la cadera,
jiji. Aquí, nº 11,1º,1ª, a ver, 2º,1ª. Camino, camino, se hace
camino al andar. Calle López Hidalgo, esta calle siempre me recuerda
al Quijote, jiji, nº 5, paquete al 3º, driiiiin...
- ¿Quién es?
- El cartero.
Abren la puerta.
- Hola.
- Hola (qué voz tan sugerente).
- Un paquete.
- Suba.
- Voy.
Llego al tercero sin
ascensor, me abre la puerta una morena despampanante.
- A ver, a ver, menudo paquete.
- Puedes firmar aquí.
- Quiero verlo antes.
- Bueno.
Lo coge, lo palpa,
lo abre, lo observa y firma.
- Hasta luego.
- Ciao.
Ya está, me voy a
casa.